Lunes 4 Noviembre, Honduras

—¡¡¡DE RODILLAS, DE RODILLAS!!! —grita un hombre—, lo escucho a lo leeejos, el sol aun no sale, siento los ojos como si tuviese un kilo de arena, tres piedras, dos clavos y además, estuviesen sellados herméticamente con super glue (cianoacrilato).
Me encuentro en ese limbo del sueño que no sabes quién eres, ni dónde estás, lo único que quieres es dormir pero debes despertar, la mente dice: muévete que algo pasa, y el cuerpo dice: no te muevas sigue descansando, tal cual parálisis de sueño. —¡¡DE RODILLAS, DE RODILLAS!!!, —vuelve a gritar un hombre—, encienden la luz del bus, un shot de adrenalina es liberado y mi cuerpo sale finalmente del limbo, mi cabeza se endereza con la almohadita de viaje colgando del cuello, los restos de construcción desaparecen de mis ojos, los abro, trato de enfocar mientras veo que la mitad de los pasajeros se bajan del bus 👀…..
Para graficar la escena, mi situación es la siguiente:
- Hora: 5:00am.
- Ruta: Cruce terrestre de San Pedro Sula (SAP), Honduras a Ciudad de Guatemala, Guatemala (GUA).
- Paso Fronterizo El Corinto.
- Solo traveler.
No es la primera vez que cruzo una frontera terrestre entre Honduras y Guatemala, es más, El Corinto es la única frontera terrestre que no he cruzado, y basada en mi experiencia de los cruces de El Florido y Agua Caliente —para conocer las fronteras terrestres de Honduras dale click aquí ✅ —, no tengo de qué preocuparme.
Domingo 3 Noviembre
Llego en un bus de La Ceiba a la terminal metropolitana de buses en San Pedro Sula, aprovecho y compro el pasaje hacia Guatemala. —Como recomendación general, no compren los pasajes el mismo día del viaje, puede ser que no encuentren en los mejores horarios, y/o buses que viajan directo.
Me acerco a la boletería de la compañía de buses para adquirir el pasaje.
—¿Cuáles son los horarios disponibles? —pregunto.
—3:00am, 4:30am, 5:30am, 7am —responde la vendedora.
—Un boleto a las 3:00am por favor —le entrego mi pasaporte para la emisión del mismo. Mi analogía para escoger ese horario es la siguiente: 🔺 son 11 horas de viaje aproximadamente (si es que, no pasa algún imprevisto), 🔺 como regla autoproclamada, no viajo trayectos nocturnos en países donde la seguridad no es óptima, 🔺 en Centroamérica amanece a las 5:30am y oscurece a las 5:30pm aprox, 🔺 quiero llegar de día a Guatemala, 🔺 mi mejor opción es viajar en el primer bus a las 3:00am 🤓 .
—Aquí tiene su boleto, debe presentarse 30 minutos antes en la puerta de la compañía de transporte —exclama la vendedora.
Me retiro de la terminal de buses feliz con mi pasaje en mano, es hora de ir a descansar al hostal, —mañana será un día largo.
Lunes 4 Noviembre, Honduras
El hostal me proporciona un 🚕 taxi de confianza, lo espero a las 2:15am para llegar puntual a la terminal metropolitana —30 min antes, tal como me lo indicó la vendedora—, en el taxi nos damos tres vueltas alrededor de la puerta de salida y no hay movimiento ni rastro de otros viajeros 🧐.
La terminal parece el set de una película de suspenso: luces apagadas, la mayoría de puertas y negocios cerrados, un grupo de personas locales le compran café y pan a una señora que de manera improvisada y bajo deficientes normas de higiene lo vende, algunos indigentes durmen, otros buscan entre los restos de basura lo que aún sea comestible mientras que otros esperan una acción samaritana de los que compran café a la señora y les compartan algo. A todo esto, sigo sin ver rastro de otros viajeros 😰 .
Después de 10 min de dar vueltas en la terminal, vemos tres policías que van caminando hacia la cafetería improvisada, el taxista estaciona, se baja y les pregunta por la puerta para el bus que sale a Guatemala.
Le indican que estamos en el lugar correcto, justo ahí, donde se encuentran ese grupo de personas desayunando en el puesto provisional, al lado de los indigentes es donde el bus sale 😳 .
Le pido al taxista que se quede conmigo hasta que llegue el bus, —no pienso dejarla sola aquí —responde. Y esperamos dentro del taxi hablando de la vida por los próximos 30 min. A las 3:00am en punto llega el bus, me sigue llamando la atención que no veo otros viajeros —¿¡será que estoy en la puerta equivocada!? —exclamo con tono de pregunta.
El taxista se baja conmigo y me acompaña al bus, a estas alturas lo considero mi ángel de la guarda —me quiero asegurar que es el bus correcto! —exclama. Entrego mi mochila al encargado del equipaje, me despido de mi ángel personificado y abordo.
Los asientos NO son numerados, las primeras filas ya están ocupadas, hago un escaneo rápido de derecha a izquierda para identificar un asiento disponible con un ¨buen¨ compañeros de viaje, —debo escoger bien, son 10 horas como mínimo 😅 . La mayoría son hombres, el que menos tatuajes tiene, le queda el dedo índice del pie derecho sin tatuar, el que menos cicatrices tiene, sólo le falta una oreja y el que más simpático se ve, parece que acaba de desayunar sopa de alacranes con vísceras de sapo fermentadas por 4 días, —difícil elección 😟
Casi al final del bus, veo un espacio con ambos asientos disponibles, y en un acto casi reflejo con una cara sacada de la película, ¨no estoy cagada de miedo¨ de los productores ¨por qué no hay más extranjeros en el bus¨ y dirigida por ¨quién me manda a viajar a las 3:00am¨ camino y me siento en la ventana. Mi ángel de la guarda está en la acera siguiéndome con la mirada, me pongo cómoda en mi asiento, lo vuelvo a ver y le sonrío, mientras le levanto el pulgar derecho 👍🏼 .
A los pocos minutos, veo a una señora acercarse con una cara sacada de las mismas tres películas que la mía —¿Está ocupado este asiento? —pregunta. Y en un tono de alegría, con una pizca de agradecimiento le respondo: ahora está ocupado por usted ☺️ —estoy a 10 segundos de agarrarla a besos y abrazos y agradecerle al universo que me la mandó a sentarse a mi lado 🙌.
Literalmente hablando soy la ÚNICA extranjera en un bus de 50 pasajeros , y me atrevo a decir, que no somos más de 15 mujeres en total incluyendo a los niños que van. Con mi travelmate instalada en el asiento, y todos los pasajeros abordo, me despido de mi ángel guardián por la ventana —sigue estoico en la acera cuidándome.
La facilidad que tengo para dormir es una bendición, algo entrenada por las largas jornadas de viajes en bus y avión, y carreta y burro y cuanto tipo de transporte haya utilizado, el bus comienza su camino y yo comienzo a entrar fácilmente en la face I del sueño NO-REM 🥱, y el resto ni les cuento porque es historia 😴😴😴.
5:00am aprox, cerca del paso fronterizo
—¡¡¡DE RODILLAS, DE RODILLAS!!! —grita un hombre—, lo escucho a lo leeejos, el sol aun no sale, siento los ojos como si tuviese un kilo de arena, tres piedras, dos clavos y además, estuviesen sellados herméticamente con super glue (cianoacrilato).
Me encuentro en ese limbo del sueño que no sabes quién eres, ni dónde estás, lo único que quieres es dormir pero debes despertar.
La mente dice: muévete que algo pasa, y el cuerpo dice: no te muevas sigue descansando, tal cual parálisis de sueño. —¡¡DE RODILLAS, DE RODILLAS!!!, —vuelve a gritar un hombre—, encienden la luz del bus, un shot de adrenalina es liberado y mi cuerpo sale finalmente del limbo, mi cabeza se endereza con la almohadita de viaje colgando del cuello, los restos de construcción desaparecen de mis ojos, los abro, trato de enfocar mientras veo que la mitad de los pasajeros se bajan del bus 👀…..
En cuestión de segundos, veo mi vida pasar en forma de flashes fotográficos, pienso que el bus esta siendo asaltado y/o secuestrado, me imagino arrodillada, con las manos en la cabeza, caminando en fila uno atrás del otro, siendo alimentada en tiempos esporádicos, terminando con el Síndrome de Estocolmo, por meses encerrada en la fábrica de monedas…. ahhhhh no, esa es la serie La Casa de Papel 🤪, hablando en serio, muchas cosas pasan por mi cabeza.
—¿Qué pasa? —pregunto a mi compañera de asiento. —No tengo idea, pero se están bajando casi todos —exclama. Estiro mi cabeza, tal cual tortuga intentado comerse una hoja a 2 metros de altura, y sólo logro ver a los dos hombres sentados en el asiento de adelante con cara de pocos amigos, giran su cara y hacemos contacto visual.
—¿Usted trae pasaporte ¨Chelita¨ (así les dicen a las rubias en Honduras) —me pregunta uno de ellos. —Sí claro —exclamo con un dejo de interrogante. —Entonces no se preocupe, usted está bien, quédese ahí sentada. Se da media vuelta, se pone de pie, agarra su mochila y se va. 😳
El bus sigue el camino con la mitad de los pasajeros, yo no entiendo nada, aún no sé si estoy soñando o en verdad esto está pasando, me encantaría tener una cámara para grabar mi cara. —Los que se bajaron del bus están ¨rondeando¨ la frontera —me responde un joven sentado un asiento atrás del mío. —¿Rondeando?, ¿Qué es eso?😳 —pregunto con un nivel de asombro indescriptible. —Significa cruzar la frontera por los alrededores sin que la policía de migración lo vea —responde el joven. —Uff menos mal no era ¨de rodillas de rodillas lo que estaban diciendo, era ¨a rondear a rondear¨ —le contesto con un suspiro tranquilizador y una leve sonrisa 😅 .
El joven lleva el gorro de su abrigo puesto, se lo baja, está lleno de tatuajes en el cuello, presenta una cicatriz importante en una ceja —a éstas alturas del viaje, se me hace normal este tipo de características. Casi de forma catedrática, el joven me explica que para poder ingresar a Guatemala, los Hondureños necesitan Visa Mexicana, la cual es difícil de conseguir, ya que el destino final de todos ellos es cruzar la frontera Mexico – USA, por lo que su peregrinaje comienza desde que salen de su país, algunos vienen de Hondura, y otros de El Salvador
Al ser indocumentados, ellos escogen el primer bus que sale de cada destino, llegan antes que abran al puesto fronterizo, aprovechan que aún es de noche, y cruzan las fronteras caminando, escoltados por los famosos ¨coyotes¨ hasta llegar al otro país, abordan un bus y siguen así sucesivamente el mismo modus operandi hasta llegar a su destino final. Algunos logran su objetivo de llegar y otros no.
Finalmente hacemos migración sin ningún inconveniente, lo hacemos rápido, ¿cómo no? si la mitad del bus no está. Retomamos los asientos, seguimos conversando con el joven y mi compañera de asiento.
Me comenta que la vida en los países que conforman el CA-4 (Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala) no es fácil, muchos de ellos deben trabajar desde niños para llevar alimento y dinero a sus hogares haciendo casi imposible que puedan estudiar. Muchos crecen ¨sin padres¨, con padres drogadictos o en cpirculos muy tóxicos. Las posibilidades laborales en la vida adulta, son igual o más difíciles, y la forma que muchos encuentran una salida —quizás es donde nacieron y no conocen otra realidad—, es en la delincuencia, el micro tráfico de drogas, el crimen organizado, siendo parte de alguna pandilla que les da una ¨familia¨ o emigrando para obtener el tan anhelado sueño Americano.
También me explica que en Centroamérica, los tatuajes tienen una connotación distintiva, tienen diferentes significados y básicamente es una forma de saber a cuál pandilla pertenece, es por eso que, él andaba con el sweater y el gorro hasta arriba, las pandillas son muy territoriales y aún debe atravesar Guatemala y México. Me dice que no me debo preocupar, ya que es clandestinamente conocido que el horario del bus al cual me subí —3:00am—, viajan indocumentados y la policía simplemente se hace la vista gorda, por lo que no voy a tener mayor problema en llegar a Guatemala. No sé si eso me hace sentir mejor o peor, pero le doy las gracias de todas maneras…🤷🏼♀️

El resto del camino se hace ameno, en territorio guatemalteco nos paran alrededor de tres veces, revisan el bus, piden documentos, revisan a foto del pasaporte, el destino, para dónde va, y etc.
Terminamos siendo las mejores amigas con mi compañera de asiento durante esas horas 😋. Incluso hasta confidentes terminamos siendo.
Finalmente logramos llegar a Ciudad de Guatemala de día —tal como lo había planeado. Sin ningún imprevisto, el detalle de la frontera ahora queda plasmado como anécdota. Y ojalá sirva de información en caso que alguien esté planeado cruzar fronteras centroamericanas en algún futuro.
En la noche, ya instalada en Guatemala, con los niveles de adrenalina re-establecidos, después de una ducha relajante y una rica cena, me pongo a reflexionar sobre el viaje. Más allá de lo anecdótico, me deja enseñanzas, algunas de ellas ya aprendidas en viajes anteriores, y otras nuevas.
Enseñanzas
- Los viajes te hacen aprender a confiar en extraños: El taxista fue mi ángel de la guarda en persona, él no tenia ningún motivo por el cual quedarse conmigo hasta el final. Y aún así lo hizo
- Puedes hacer los mejores amigo en segundos y al mismo tiempo perderlos: La Guerita —mi compañera de asiento— se convirtió en mi mejor amiga por unas horas de viaje, nos reímos, compartimos confidencias, nos dormimos en el hombro de la otra, almorzamos juntas, y después nos despedimos para siempre. Algo así como una amistad fugaz.
- Es muy diferente conocer una realidad a verla en vivo: el saber que día a día pasan indocumentados por las fronteras terrestres no es noticia nueva para mí. Sin embargo, ver al menos una pequeña parte con mis propios ojos de cómo se maneja ese ¨tráfico¨ de personas, que sus pertenencias entran en una bolsa de basura, de imaginarme lo que deben pasar por cumplir el sueño americano o escapar de su propio país , es muy diferente a sólo imaginarlo, como dice el dicho ¨no es lo mismo ver a los toros desde afuera, que estar dentro del redondel¨.
- Aprendes que situaciones fugaces no son sinónimos de olvido: los protagonistas de esta anécdota, se cruzaron en mi camino o quizás yo en el de ellos para algo, y así es como tenía que ser, nunca más nos volveremos a ver y sin embargo, siempre tendrán un lugar en mi corazón y mi mente a pesar que el encuentro fue fugaz.
- Cuando llega el final, es el final: tres despedidas en menos de 24 horas, el taxista, mi compañera de asiento, y el joven que iba rumbo a USA, con esto aprendes a dejar ir.
- Nada en esta vida es casualidad: yo creo fehacientemente que en esta vida nada es casualidad y todo pasa por algo, ya sea para dejarnos lecciones positivas o aprender de las negativas, y en este trayecto todo lo que pasó tenia que ser así, porque así debía ser. LOL
- Agradecer: no me canso de agradecer al universo por todo lo que me ha dado, lo que para mí es un cruce fronterizo de lo más común y corriente, para algunas personas puede significar el bienestar para el resto de su familia, o incluso su lecho de muerte.
- La sonrisa es un idioma universal: independiente de la nacionalidad, del idioma que se hable, de las creencias o culturas, una sonrisa siempre rompe el hielo, da sensación de confianza y es algo que todos podemos dar sin que nos cueste nada.
- Empatía: cada vez que recuerdo las caras de todas esas personas que se bajaron del bus, se me hace imposible no sentir un nudo en la garganta, habrán logrado llegar a su destino final?
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y como la recuerda para contarla¨
Gabriel García Márquez
Si llegaste hasta acá es porque leíste toda la historia, o quizás no 😜, de todas maneras, los comentarios son siempre bienvenidos 👇
Pura Vida ✌️😎
Que buena historía Montse!
Qué lindo que te gustó Adri 😊
Excelente anécdota muy real y conmovedora como siempre digo todo pasa por algo
Asi mismo, yo tamb creo q todo pasa por algo 😌